Aquí los jugadores del Equipo de la Casa de Juventud San Pablo, y os vamos a contar algo importante que hemos aprendido este año: Jugar como equipo fuerte y unido.
Este año comenzamos con un equipo con bastantes jugadores, por lo que la ilusión y las ganas estaban muy presentes. Sin embargo, esta alegría nos duró poco porque comenzaron las bajas:
Primero fueron dos compañeros, porque siempre venían sin ganas y hacían que el ambiente estuviera tenso; y el resto fueron castigados y castigadas por malas notas y mal comportamiento; por lo que solo nos quedamos con 4 jugadores. Por lo que nuestro ánimo comenzó a disminuir.
Pero por suerte comenzaron a apuntarse nuevos jugadores.
Con los nuevos componentes hemos comenzado a crecer como equipo: hemos aprendido a tratarnos mejor; tenemos más aguante; hemos aprendido a controlar al equipo y a apoyarnos y no desanimarnos.
Sobre todo hemos aprendido a cuidarnos entre nosotros, a lo importante que es formar parte de un equipo y sentir el respaldo de tus compañeros en momentos que más lo necesitas, por ejemplo cuando vamos perdiendo o hacemos una mala jugada, el resto del equipo te apoya, no te critica o te desanima.
Estamos muy contentos, pero somos conscientes que somos muy pocos, y que necesitamos a más gente para jugar, por lo que se nos ha ocurrido que para que otro año podríamos hacer carteles publicitando el equipo e ir pegando nosotros mismos los carteles.